Cuando se trata de inmigración basada en la familia, es importante comprender las diferencias clave entre las visas de inmigrante y no inmigrante. Estas visas permiten que los familiares de ciudadanos o residentes permanentes legales de EE. UU. ingresen o permanezcan en el país, pero con diferentes objetivos y requisitos.
Visas de Inmigrante:
Las visas de inmigrante están diseñadas para aquellos que desean vivir permanentemente en los Estados Unidos. Los ciudadanos estadounidenses y los residentes permanentes legales pueden patrocinar a sus familiares cercanos, como cónyuges, hijos o padres. Estos miembros de la familia tienen la posibilidad de solicitar la residencia permanente (tarjeta verde) una vez que lleguen a EE. UU. y, en última instancia, pueden ser elegibles para la ciudadanía.
Ten en cuenta que existen diferentes categorías de visas de inmigrante, dependiendo de la relación del solicitante con el patrocinador.
Visas de No Inmigrante:
Por otro lado, las visas de no inmigrante son para personas que desean ingresar a EE. UU. de manera temporal, ya sea por turismo, negocios, estudios o para reunirse con un miembro de la familia por un período limitado. Los familiares de ciudadanos o residentes permanentes pueden solicitar estas visas si desean visitar temporalmente EE. UU.
Las visas de no inmigrante más comunes son las de turistas (B-2) y las de prometidos (K-1), entre otras. Estas visas no conducen a la residencia permanente ni permiten una estancia indefinida en el país.
Diferencias Claves:
La principal diferencia radica en la intención de la estadía. Las visas de inmigrante permiten a los beneficiarios vivir permanentemente en EE. UU., mientras que las visas de no inmigrante son para aquellos que tienen la intención de permanecer temporalmente. Los titulares de visas de inmigrante pueden solicitar la ciudadanía después de cumplir con los requisitos establecidos, mientras que los titulares de visas de no inmigrante no tienen esa opción.
Elegir la visa correcta depende del objetivo de la persona que busca ingresar a EE. UU. Si el objetivo es vivir permanentemente, la visa de inmigrante es la opción correcta. Si se busca una visita temporal, la visa de no inmigrante es la mejor opción. Consultar con un abogado de inmigración puede ser útil para determinar qué tipo de visa es adecuada según las circunstancias.
